El yarn bombing de rombos gigantes con que celebramos los 50 años del Metro de Santiago
Todavía tengo el corazón apretado —de emoción, orgullo y agradecimiento — después de lo que vivimos el sábado 22 de noviembre (de 2025) en la pista atlética del Estadio Nacional.
Si hubieras estado ahí, habrías sentido lo mismo: una mezcla linda entre fiesta, ternura y una sensación muy real de que cuando tejemos juntos, pasan cosas grandes.
El gran rombo que nos unió a todos
Al llegar y ver las 500 mantas extendidas formando tres rombos gigantes sobre el pasto, sentí un nudo en la garganta. Meses de trabajo, de puntadas compartidas, de historias personales, de reuniones en las tiendas Revesderecho, de conversaciones en el Metro de Santiago, de mensajes, fotos y videos… todo tomó forma en un mismo gesto: celebrar los 50 años del Metro de Santiago a través de un acto de amor por la infancia.
Estas mantas no son solo piezas tejidas
Son horas robadas al cansancio, son compañía en momentos de soledad, son abrazos que viajaron desde distintas ciudades de Chile, para llegar a guaguas (bebés) que recién están llegando al mundo.
Cada rombo tenía esa energía: una energía cálida, humana, tejida puntada a puntada por cientos de manos generosas.
Cómo comenzó todo
Hace meses, cuando Metro de Santiago y Revesderecho me invitaron a imaginar una campaña juntos, jamás pensé que llegaría tan lejos. Diseñé una manta en forma de rombo y abrimos la invitación a quien quisiera tejer una. Y ustedes… hicieron magia.
Tejedoras de todas las edades, principiantes, expertas, abuelas, hijas, amigas, grupos completos… respondieron con un entusiasmo que todavía me sorprende.
Y más profesoras de palillos y crochet, nos apoyaron con sus clases y juntas para llegar a la meta:
Las juntas, los tutoriales, los videos, los correos, las fotos que me enviaban orgullosas… todo eso fue creando una verdadera red. Una red amorosa y viva.
Lo que viene ahora
Las mantas ya están listas para emprender su viaje hacia familias con recién nacidos, y yo sigo aquí, maravillada con la fuerza de esta comunidad.
Tejiendo Red me confirmó algo que digo siempre, pero que hoy siento más fuerte que nunca:
Cuando tejemos no solo hacemos objetos; nos hacemos compañía, nos sostenemos, y cambiamos —un poquitito— el mundo.
Gracias por ser parte.
Gracias por confiar.
Gracias por tejer conmigo.
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